miércoles, 31 de agosto de 2011

Fairytale

Mi cuento de hadas favorito no está escrito aún. Ni siquiera ha sido contado de forma oral. Es tan sólo un sueño que tengo cada noche. En él, tú y yo somos felices y comemos perdices. Pero ésto es tan sólo el final. Antes hay mucho por contar. Pero no se me ocurre cómo ni qué.

Es el camino lo que me preocupa; el camino que lleva a ese final de cuento. Porque lo he recorrido otras veces: está sembrado de decepciones y fracasos. Eso no impide que, siempre que comienzo a andarlo, parta cargado de ilusiones y esperanzas, una y otra vez. Y, también por eso, me paso toda la noche huyendo de mis sueños; pues todo lo que toco en ellos acaba cayendo en el camino y desvaneciéndose. Pero, al final, me alcanzan siempre.



Por eso no quiero soñarte más. Porque sé que ni en el mejor de mis sueños, y el de anoche fue uno de los mejores, sería capaz... simplemente no lo conseguiría...

Tan sólo deseo conservar ese final platónico en mi memoria.

lunes, 29 de agosto de 2011

Es que los Leo sois...

Nací el 7 de agosto de 1980. Según el calendario occidental, mi signo del zodíaco es Leo. Pero en otras culturas tengo otros signos.



Por ejemplo, en el horóscopo alquímico soy el Plomo; según este horóscopo, no tengo ambición y en el trabajo prefiero obedecer a mandar. Sin embargo, si miramos al calendario árabe, mi signo es el Alfanje (o sable corto); entre las características que me corresponden por haber nacido bajo este signo, se encuentran las siguientes: autoritario, seguro de sí mismo, tiene una alma de jefe, una tendencia a liderar,...



Pasemos al horóscopo azteca. Según esta cultura, los nativos de Caña somos muy optimistas (al igual que en el horóscopo gitano, donde soy la Estrella) y tenemos dotes para profesiones relacionadas con la comunicación; pero el horóscopo alquímico destaca que somos pesimistas y tímidos. Por otro lado, en el horóscopo celta me corresponde el signo del Álamo (o la Incertidumbre); es decir, soy una persona no muy segura de mí misma. Mientras tanto, los Leo poseemos una gran seguridad personal.



Según el horóscopo hindú, los nacidos bajo el signo de Simaha-Ravi tenemos muy buena suerte (cuando por ser Caña carecemos de "apoyos ante los infortunios"). En el amor, soy constante según el horóscopo alquímico; caprichoso y superficial según el azteca, y sólo me enamoro de personas a las que admiro profundamente, según el horóscopo druida (en el que mi signo es el Avellano).



El horóscopo maya, donde mi signo es el Murciélago (al igual que el egpicio, Sekhemet), me describe como impulsivo (hago las cosas y luego las pienso), mientras que el druida dice de mí que antes de actuar reflexiono a fondo. Según el horóscopo indio (nativo americano) soy el Esturión, poseedor de un corazón generoso; pero para los aztecas, la Caña está hueca y carece de corazón.



Puedo ser infiel por ser Mono (en el horóscopo chino) o Álamo, o todo lo contrario por ser Avellano o Leo; puedo ser confiable en cualquier situación, o poco de fiar; puedo ser desconfiado o tender a confiar demasiado en las personas,...



En definitiva, que no se como soy (o debo ser). Aunque en realidad, todos los horóscopos en conjunto tienen razón: puedo ser cualquier cosa en un determinado momento a lo largo de toda mi vida. No somos blancos o negros; hay toda una escala de grises en medio que podemos recorrer en cada momento.

Y todavía hay gente que piensa que su personalidad queda determinada por el hecho de nacer un determinado día del año, y no otro. La personalidad la determina el individuo, uno mismo. Si, vale, el ambiente familiar y social, la educación, etc. influyen. Pero, al final, quien decide eres tú. A veces es una decisión difícil, pero quien la toma eres tú.

Así que decide bien. Yo lo intento cada día.

PD: En respuesta a determinada gente que me juzga por mi signo (entre otras cosas) sin conocerme.


30/11/10

viernes, 26 de agosto de 2011

Pasar


La persona más feliz que conozco no se involucra emocionalmente con nada ni con nadie. Consigue pasar, aparentemente sin esfuerzo, de todo, y de todos. Es, en general, demasiado racional, creo yo. Pero, curiosamente, nunca piensa demasiado en según que cuestiones, que es precisamente lo que nos perjudica a los demás. El darle vueltas una y otra vez algo en nuestra cabecita… preguntarnos mil veces ¿por qué?... querer encontrar a toda costa una razón o justificación de algo que puede no tenerla. Porque los sentimientos y las emociones no son racionales.



Muchos intentamos comprender qué lleva a ciertas personas a hacer, o decir,  determinadas cosas, aún cuando es posible que ni siquiera esas personas lo sepan. Porque nunca nadie será capaz de conocer totalmente a otra persona; ni siquiera nunca nadie será capaz de conocerse a sí mismo del todo.

Me estoy planteando hacer lo mismo,  pasar… pero, ¿realmente merece la pena vivir así? ¿Es realmente tan feliz como yo lo veo desde fuera? Y, lo que es más importante, ¿puedo yo ser así?

viernes, 19 de agosto de 2011

Cansancio

Estoy cansado de darlo todo por nada, de moverme y que no se muevan, de la hipocresía,… cansado de dejarme utilizar y engañar, de ilusionarme y decepcionarme,… cansado, simplemente cansado… de todo… en general.

Siempre acabao cayendo en los mismos errores; pareciera que no he aprendido nada de ellos. Como dice Murakami “lo único que puede hacerse es atravesar este dolor esperando aprender algo de él, aunque lo que uno haya aprendido no le sirva para nada la próxima vez que la tristeza lo visite de improviso.” Pero esto no me sirve.



Ya veremos si he hecho un viaje demasiado rápido desde los pensamientos efímeros a la inquietud. Y es que sólo hay una manera de sobrevivir. Y es no imaginar nada. Los que usan su imaginación acaban hundiéndose.

Y, sin embargo, creo que podría volar si estuviera tan seguro de poder hacerlo como lo estuvo Peter Pan aquella tarde. Hasta entonces tendré que tocar fondo y arrastrarme por el fango.

El muchacho llamado Cuervo: una paja mental

A menudo encuentras tu destino en el camino que escoges para evitarlo

No recuerdo quién dijo esta frase; he buscado un poco en Google, y no he podido encontrarlo. El caso es que me ha venido al a mente esta tarde, y le he dado unas cuantas vueltas.

No es que crea en el destino; eso de que nuestras vidas estén diseñadas de antemano. Al contrario, pienso que nuestro futuro lo vamos forjando nosotros mismo sobre la marcha, conforme andamos el camino, por así decir. Aunque a veces el romanticismo desearía que así fuese; que dos personas estuviesen predestinadas a encontrarse… Serendipia creo que lo llaman.



Sin embargo, en ocasiones se nos presentan situaciones que nos hacen dudar, que nos hacen creer que quizá eso no sea así, que puede que hay algo… La filosofía oriental habla a menudo de fluir, de dejarse llevar. Como si viajásemos a través del cauce de un río. Pero, ¿qué pasaría si nadie se resistiese a ese camino marcado?

Bueno, esto es otra de esas reflexiones que uno tiene un día de resaca, después de la siesta. Los interminables monólogos interiores que no llevan a ningún lugar…