martes, 11 de junio de 2013

Vertedero

Llegan y descargan. Dejan toda su basura, los escombros de sus vidas. Cedes tu hombro, tu tiempo... Escuchas. Y, sin embargo...

Ignorado, no te tienen en cuenta. ¿Que eres callado, dicen? Si nadie te escucha, ¿para qué vas a hablar?
Te sientes utilizado, hasta que un día estallas: "Se acabó el C. de usar y tirar. Ahora seré yo el que use y tire. Porque puedo ser tan hijoputa como el que más".

Y entonces te llaman radical. Tú, que siempre das tu brazo a torcer; que te has tragado tantas veces tu orgullo que sientes que ya no te queda. Y luego se te pasa el cabreo... como siempre. Vuelta a empezar.

Si ya lo decía tu madre: "J., de bueno que eres pareces tonto."

jueves, 6 de junio de 2013

Una amiga me dijo en cierta ocasión que yo tardaría en encontrar pareja, si es que llegaba a hacerlo. Y la razón que dio es porque soy "demasiado inteligente"; tanto que impongo, asusto.

Sinceramente, no me considero inteligente; ni siquiera listo o espabilado. Antes al contrario. Simplemente, tengo memoria, y acumulo datos en mi cabeza. Una miscelánea de notas y referencias, inservibles en su mayoría. He leído tanto...

Y a esto dedico mi vida los últimos año; a destrozar mi cabeza a base de alcohol. A veces creo que lo estoy consiguiendo, pero nada más lejos de la realidad. Pues mi memoria se resiste, se retuerce, se defiende como gato panza arriba.

Si pudiera borrar mis recuerdos selectivamente...

Y es que duele no recordar; no sabéis cúanto. Casi tanto como estar solo... sentir esta soledad.