No hace tanto tiempo, en un reino muy cercano, érase que se eran una princesa y un bufón.
Ya habréis adivinado la situación: el pobre bufón estaba enamorado de la princesita. Sin embargo, no se trata de ningún cuento de hadas; pues, tras muchas vicisitudes, la princesa resultó ser un zorrón.
Huelga decir que ni fueron felices ni comieron perdices.
Moraleja: ... esto no es una fábula, aunque aparezca algún que otro animal.