lunes, 7 de mayo de 2018

Microrrelato

3º Premio
IV Concurso de Microrrelatos Improvisados Ciudad de Almería
[Sin título]

La tarde de primavera estaba llena de promesas de fecundidad. Promesas que no llegaron a cumplirse.

Se presentó allí con la esperanza de crear algo. No tenía ninguna esperanza en  ganar... No por pesimismo, sino por pasotismo, quizá.

Llevaba tiempo sin inspiración. Toda la creatividad que alguna vez hubiera tenido se había alejado de él, lo había abandonado, dejando mustios sus pensamientos.

Ya no hacía las típicas  figurillas de origami que tanto le gustaban a sus amigos. No es que no intentara alguna nueva; ni siquiera rehacía las que ya conocía de memoria, por el simple hecho de crear algo con sus manos, como hiciera antaño.

Tampoco devoraba historias, tantas noches en vela a la luz de un foco o una linterna. Apenas leía unas cuantas páginas y abandonaba el libro sin acabarlo. Hecho insoportable para él tiempo atrás. Si acaso, unos pocos poemas sueltos que germinaban algún que otro kaiku. Nada importante.

Incluso había dejado de "jugar" en la cocina, por así decir. Otra de sus grandes pasiones aparcada, hecho que molestaba a sus amisgos más que el tema de las figuritas de papel.

Así que minutos antes del evento regó sus pensamientos con un poco de música inspiradora, con la intención de atraer a las musas. Pero las musas no se presentaron. Bajó las escaleras, se sentó, cogió su bolígrafo y se enfrentó a la hoja de papel en blanco. Y, simplemente, las palabras no afloraron a su mente.

El relato quedó nonato, cual pollo atrapado en su cascarón.

Autor: José María García Rubira