... de aquellos que te llaman princesa, y te piropean. Porque por detrás, a tus espaldas, cuando no escuchas, dicen otras palabras, de distinta concidión; hablan de otro modo. Por un lado, buscan tu favor, por el otro, pretenden algo más. Zalamería... falsedad... hipocresía.
Puede que yo no pueda, o no sepa, regalarte el oído, ni decirte cosas bonitas... a la cara. Pero mírame a los ojos y escucha, por favor. Porque como yo te quiero y te respeto, no lo hace nadie.