martes, 27 de diciembre de 2011

Reflexiones platónicas

A la vista de los últimos acontecimientos, me reafirmo en pensar que "no cesará en sus desdichas el género humano hasta que el linaje de los que son rectos y verdaderamente filósofos llegue a los cargos públicos, o bien que el de los que detentan el poder en las ciudades, por algún favor divino, lleguen a filosofar de verdad." Sin embargo, el que no cree estar falto de nada no siente deseo de lo que no cree necesitar.

Pero casi estoy seguro de que con estas mis palabras me estoy granjeando enemistades, lo cual es precisamente una prueba de que digo verdad. Por otro lado, ¿a qué preocuparnos tanto de la opinión de la gente? Lo que importa es ser fiel a sí mismo, siempre que la razón no se oponga a ello.

En este y otros temas, no hago más que cambiar de opinión: unas veces pienso de una manera, otras de otra. "Pero el que yo me haya fijado tan poco en esta cuestión ( y en otras), yo y cualquier otro ignorante, no tiene nada de sorprendente. Pero que vosotros, los sabios, estéis sujetos a estas mismas variaciones, es algo que para nosotros mismos resulta horrible, pues entonces, por mucho que recurramos a vosotros, no se nos sacará de nuestras incertidumbres."

El mío, posiblemente, es un saber mediocre… Aún no puedo conocerme a mí mismo, e ignorando todavía eso, me resulta ridículo considerar lo que no me concierne.


"Teniendo como tengo conciencia de mi ignorancia, bien sé que por mí mismo no he concebido nada de esto. La única explicación es, pues, según creo, que me hayas llenado por el oído en algún manantial extranjero, como se llena un cántaro. Pero luego la pesadez de mi inteligencia me ha hecho olvidarme incluso de eso, de cómo y a quiénes lo oí."

04/08/10

viernes, 23 de diciembre de 2011

El cisne y la grulla

Estoy sólo en una esquina de la barra del pub. El local está casi vacío; sólo otros dos clientes al otro lado mantienen una conversación por encima de la música. Con un par de servilletas, y mi poco arte para el origami, he improvisado lo que podrían ser un cisne y una pequeña grulla. Es lo único que se me ha ocurrido para no pensar en lo que no quiero pensar. Los coloco al lado de la copa y bebo.
La camarera, una morenaza de ojos oscuros, lleva tiempo observándome; atusándose nerviosamente el pelo, mirándome de reojo mientras se contonea a son la música, cruzando miradas en el reflejo del expositor de bebidas mientras se retoca los labios,... Ahora se acerca.
- Que bonito. ¿Qué son?
- Este es un proyecto de cisne, y este otro un proyecto de grulla. Con el papel adecuado se verían mejor, supongo.
 Ella sonríe
- Seguro que sí. ¿Podrías enseñame? Siempre he querido hacer estas cosas.



De repente, una chica entra tambaleándose en el pub. Se nota a la legua que está borrachísima. Su pelo castaño alborotado, ojos vidriosos, su mirada perdida,... Se acerca a la barra y comienza a hablar con la camarera; se conocen, son amigas. Yo también la conozco, de vista, de otras veces. De la conversación que mantienen deduzco que el novio la ha dejado y está ahogando las penas en alcohol. No se lo reprocho; quién esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
Ahora, se gira y nota mi presencia. Tras cuchichear con la camarera, ésta se va a prepararle una copa mientras ella se acerca. Me pregunta por los origami y yo intento inventarme una historia, que nada más terminar de contar, me parece estúpida; supongo que para hacerla reír y animarla un poco. Que si el cisne blanco representa al elegante príncipe azul, mientras que la grulla es la pobre cenicienta... No tengo éxito en mi objetivo; por el contrario, ella se pone seria y me pregunta si creo en los cuentos de hadas. Parece realmente interesada en el tema y en mi opinión. La camarera deja una copa para ella y se aleja para darnos algo de intimidad, supongo. Antes de alejarse, dirige a su amiga una mirada que no logro interpretar.



Después de un rato de conversación sobre príncipes y princesitas, los cuentos no pueden ocultar los verdaderos sentimientos y las intenciones de ella. Así que antes de que se me vaya de las manos, y para no hacerle perder el tiempo, digo:
- No puedo ayudarte a olvidar a quienquiera que sea que quieres olvidar. Además, mañana te darías cuenta de que has cometido un error, y yo no quiero formar parte de ese error. 
- Que considerado por tu parte,- ironiza ella con una sonrisa amarga que no oculta su decepción.
- Me gustaría poder decirte que lo hago por tu bien, pero la verdad es que lo hago por el mío; luego no podría olvidarte.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Gracias

Ahora que por fin encuentro un momento de tranquilidad, creo que ha llegado el momento.

Lo normal, en estos casos, es darselas a la familia y los amigos, por su apoyo, sus ánimos,... por creer en mí más incluso que yo mismo.

Pero me vais a permitir que sea un poco raro. Hoy no les voy a dar las gracias a ellos, que se las merecen. Ya le agradeceré en persona el hecho de haber estado ahí, si es que no saben ya de mi gratitud. No, hoy me dirijo a otras personas; a esos que nunca me ayudaron, que nunca creyeron en mí, que incluso llegaron a llamarme fracasado en cierta ocasión. A todos ellos, gracias. Gracias porque también es por vosotros que estoy aquí hoy. De verdad os agradezco que me hayáis empujado hasta donde he llegado. 

Aunque también es cierto que ni vosotros mismos sabíais lo que hacíais por mí.

domingo, 30 de octubre de 2011

¿Por qué?

¿Por qué me empeño en seguir con esto? No tiene ningún sentido. No voy a llegar a ningún lado.

Pero, ¿acaso eso importa? ¿La meta? ¿No será quizá el camino en sí, el mero hecho de intentarlo? Una y otra vez, a pesar de los fracasos, los reveses. Levantarse y seguir adelante, sin rendirse.

Porque, aunque todo esto no tenga ningún sentido para nadie, incluso para mí, ¿acaso ha de tenerlo? Ni siquira la vida lo tiene. ¿Quién sabe? Alguien, más adelante, podría dárselo.

Y si no, ¿qué más da? No necesito justificarme. Tan sólo necesito hacerlo; porque si no lo hago es mucho peor.

Así que lo seguiré intentando. Pues el empeño elimina el fracaso.

domingo, 16 de octubre de 2011

La larva, el albatros y los dos patitos

Os voy a contar un cuento. Es un cuento sin final, pues la historia sigue su curso.

Todo empezó hace mucho tiempo, pero la que nos interesa ocurrió hace seis o siete años. Por aquel entonces, nuestro protagonista era aún una larva. Se encontraba en estado latente, reprimiendo todo su potencial. Hasta que un día, fue maldito por una buena estrella. M. tuvo mucho que ver en ello, por supuesto. Pero no se puede achacar a una única causa todo lo que vino después.


Desde aquel momento, la alargada sombra del albatros no ha dejado de perseguirle. Y, quizá, fue también en aquel preciso instante cuando los dos patitos le tendieron la fatídica trampa de la que no ha podido escapar.

Hasta ahora.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Así

Podría hacerlo igual, pero entonces sería como tú... y no lo soy.

No soy mejor ni peor, sólo diferente. Podrás pensar que soy tonto, y otras cosas, mientras te ríes, y sigues aprovechándote. Pero no lo soy; bueno, puede que lo sea, en determinados momentos y circunstancias. Pero, ¿quién no lo es?

Y seguiré enfadándome y diciéndome una y otra vez: la próxima vez no pasará. Y volverá a pasar, una y mil veces. Porque no puedo no ser yo; para bien o para mal. Porque tengo mis principios, y no otros, gusten o no. Y esos principios me impiden hacer según que cosas.

Y aunque a veces no sepa quién soy, ni cómo soy, ni qué quiero, sé quién no soy, cómo no soy y qué no quiero.

Y yo no soy así.



lunes, 19 de septiembre de 2011

Resultado de la encuesta-votación

A quien pueda interesar, aquí están los resultados de la votación sobre las entradas del blog:

En primer lugar, con 3 votos,

Fairytale

En segundo lugar, con 2 votos cada una, hay cuatro entradas:

Insomnio

Magia

Microrrelatos

Elegía para un velefiqueño


Por último, con un voto tenemos tres entradas: 

Quijotesco
Haikus
Parásitos


Muchas gracias a todos por participar. Ahora que conozco un poco más vuestros gustos, seguiré escribiendo lo que me dé la gana xD

Hasta pronto.


jueves, 8 de septiembre de 2011

Diferente

Hoy en día la sociedad tiende a denominar lo que no comprende o le asusta como  freaky o raro. De esta forma, etiquetando y juzgando, consiguen dar de lado a lo que escapa de su esquema de ideas preconcebidas; al igual que hacen con los pobres y los locos, miran para otro lado, y piensan que eso lo arregla todo.



Yo no creo que lo que la gente llama raro realmente lo sea. Simplemente es algo diferente; ni mejor ni peor, simplemente distinto a lo que se supone que debe ser. Pero esta suposición, ¿quién la decide?. A todos aquellos que juzgan y ponen etiquetas, les digo: dejad de tener miedo.

Estoy convencido de que esta nota no hará mas que confirmar la opinión que de mí tiene mucha gente. Lo cual no es mas que una prueba de que digo verdad.

14/10/10

martes, 6 de septiembre de 2011

Parásitos

En todo este tiempo en el que hemos compartido una relación más íntima, tiempo durante el cual me has utilizado para tus fines, ¿cuántas veces me has escuchado? No te preocupes, no te lo estoy echando en cara, no te reprocho nada. Yo ya sabía que esto acabaría así; o al menos lo sospechaba. Lo que ocurre es que nunca le hago caso a mi cabeza, y es por eso que mi corazón sufre.

Pero volviendo a la pregunta de antes, ¿cuántas conversaciones hemos mantenido que no hayan sido "yo bla bla bla... y yo bla bla bla"? Porque, ¿de qué se trata la amistad, y con ella cualquier relación humana, sino es aceptarse tal cual, sin pretender cambiar al otro, la confianza... y el quid pro quo; es decir, algo mutuo?

Si, es cierto: no hay que dar esperando recibir algo a cambio. Pero, si das una y otra vez, y no recibes nada nunca, ¿cómo se llama eso? En el reino animal se conoce como parasitismo.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Fairytale

Mi cuento de hadas favorito no está escrito aún. Ni siquiera ha sido contado de forma oral. Es tan sólo un sueño que tengo cada noche. En él, tú y yo somos felices y comemos perdices. Pero ésto es tan sólo el final. Antes hay mucho por contar. Pero no se me ocurre cómo ni qué.

Es el camino lo que me preocupa; el camino que lleva a ese final de cuento. Porque lo he recorrido otras veces: está sembrado de decepciones y fracasos. Eso no impide que, siempre que comienzo a andarlo, parta cargado de ilusiones y esperanzas, una y otra vez. Y, también por eso, me paso toda la noche huyendo de mis sueños; pues todo lo que toco en ellos acaba cayendo en el camino y desvaneciéndose. Pero, al final, me alcanzan siempre.



Por eso no quiero soñarte más. Porque sé que ni en el mejor de mis sueños, y el de anoche fue uno de los mejores, sería capaz... simplemente no lo conseguiría...

Tan sólo deseo conservar ese final platónico en mi memoria.

lunes, 29 de agosto de 2011

Es que los Leo sois...

Nací el 7 de agosto de 1980. Según el calendario occidental, mi signo del zodíaco es Leo. Pero en otras culturas tengo otros signos.



Por ejemplo, en el horóscopo alquímico soy el Plomo; según este horóscopo, no tengo ambición y en el trabajo prefiero obedecer a mandar. Sin embargo, si miramos al calendario árabe, mi signo es el Alfanje (o sable corto); entre las características que me corresponden por haber nacido bajo este signo, se encuentran las siguientes: autoritario, seguro de sí mismo, tiene una alma de jefe, una tendencia a liderar,...



Pasemos al horóscopo azteca. Según esta cultura, los nativos de Caña somos muy optimistas (al igual que en el horóscopo gitano, donde soy la Estrella) y tenemos dotes para profesiones relacionadas con la comunicación; pero el horóscopo alquímico destaca que somos pesimistas y tímidos. Por otro lado, en el horóscopo celta me corresponde el signo del Álamo (o la Incertidumbre); es decir, soy una persona no muy segura de mí misma. Mientras tanto, los Leo poseemos una gran seguridad personal.



Según el horóscopo hindú, los nacidos bajo el signo de Simaha-Ravi tenemos muy buena suerte (cuando por ser Caña carecemos de "apoyos ante los infortunios"). En el amor, soy constante según el horóscopo alquímico; caprichoso y superficial según el azteca, y sólo me enamoro de personas a las que admiro profundamente, según el horóscopo druida (en el que mi signo es el Avellano).



El horóscopo maya, donde mi signo es el Murciélago (al igual que el egpicio, Sekhemet), me describe como impulsivo (hago las cosas y luego las pienso), mientras que el druida dice de mí que antes de actuar reflexiono a fondo. Según el horóscopo indio (nativo americano) soy el Esturión, poseedor de un corazón generoso; pero para los aztecas, la Caña está hueca y carece de corazón.



Puedo ser infiel por ser Mono (en el horóscopo chino) o Álamo, o todo lo contrario por ser Avellano o Leo; puedo ser confiable en cualquier situación, o poco de fiar; puedo ser desconfiado o tender a confiar demasiado en las personas,...



En definitiva, que no se como soy (o debo ser). Aunque en realidad, todos los horóscopos en conjunto tienen razón: puedo ser cualquier cosa en un determinado momento a lo largo de toda mi vida. No somos blancos o negros; hay toda una escala de grises en medio que podemos recorrer en cada momento.

Y todavía hay gente que piensa que su personalidad queda determinada por el hecho de nacer un determinado día del año, y no otro. La personalidad la determina el individuo, uno mismo. Si, vale, el ambiente familiar y social, la educación, etc. influyen. Pero, al final, quien decide eres tú. A veces es una decisión difícil, pero quien la toma eres tú.

Así que decide bien. Yo lo intento cada día.

PD: En respuesta a determinada gente que me juzga por mi signo (entre otras cosas) sin conocerme.


30/11/10

viernes, 26 de agosto de 2011

Pasar


La persona más feliz que conozco no se involucra emocionalmente con nada ni con nadie. Consigue pasar, aparentemente sin esfuerzo, de todo, y de todos. Es, en general, demasiado racional, creo yo. Pero, curiosamente, nunca piensa demasiado en según que cuestiones, que es precisamente lo que nos perjudica a los demás. El darle vueltas una y otra vez algo en nuestra cabecita… preguntarnos mil veces ¿por qué?... querer encontrar a toda costa una razón o justificación de algo que puede no tenerla. Porque los sentimientos y las emociones no son racionales.



Muchos intentamos comprender qué lleva a ciertas personas a hacer, o decir,  determinadas cosas, aún cuando es posible que ni siquiera esas personas lo sepan. Porque nunca nadie será capaz de conocer totalmente a otra persona; ni siquiera nunca nadie será capaz de conocerse a sí mismo del todo.

Me estoy planteando hacer lo mismo,  pasar… pero, ¿realmente merece la pena vivir así? ¿Es realmente tan feliz como yo lo veo desde fuera? Y, lo que es más importante, ¿puedo yo ser así?

viernes, 19 de agosto de 2011

Cansancio

Estoy cansado de darlo todo por nada, de moverme y que no se muevan, de la hipocresía,… cansado de dejarme utilizar y engañar, de ilusionarme y decepcionarme,… cansado, simplemente cansado… de todo… en general.

Siempre acabao cayendo en los mismos errores; pareciera que no he aprendido nada de ellos. Como dice Murakami “lo único que puede hacerse es atravesar este dolor esperando aprender algo de él, aunque lo que uno haya aprendido no le sirva para nada la próxima vez que la tristeza lo visite de improviso.” Pero esto no me sirve.



Ya veremos si he hecho un viaje demasiado rápido desde los pensamientos efímeros a la inquietud. Y es que sólo hay una manera de sobrevivir. Y es no imaginar nada. Los que usan su imaginación acaban hundiéndose.

Y, sin embargo, creo que podría volar si estuviera tan seguro de poder hacerlo como lo estuvo Peter Pan aquella tarde. Hasta entonces tendré que tocar fondo y arrastrarme por el fango.

El muchacho llamado Cuervo: una paja mental

A menudo encuentras tu destino en el camino que escoges para evitarlo

No recuerdo quién dijo esta frase; he buscado un poco en Google, y no he podido encontrarlo. El caso es que me ha venido al a mente esta tarde, y le he dado unas cuantas vueltas.

No es que crea en el destino; eso de que nuestras vidas estén diseñadas de antemano. Al contrario, pienso que nuestro futuro lo vamos forjando nosotros mismo sobre la marcha, conforme andamos el camino, por así decir. Aunque a veces el romanticismo desearía que así fuese; que dos personas estuviesen predestinadas a encontrarse… Serendipia creo que lo llaman.



Sin embargo, en ocasiones se nos presentan situaciones que nos hacen dudar, que nos hacen creer que quizá eso no sea así, que puede que hay algo… La filosofía oriental habla a menudo de fluir, de dejarse llevar. Como si viajásemos a través del cauce de un río. Pero, ¿qué pasaría si nadie se resistiese a ese camino marcado?

Bueno, esto es otra de esas reflexiones que uno tiene un día de resaca, después de la siesta. Los interminables monólogos interiores que no llevan a ningún lugar…

jueves, 14 de julio de 2011

Removiendo recuerdos

Me llevó tanto tiempo hablarte... fue la cosa más difícil de hacer. Me acercaba a tu puerta y, en el último minuto, me volvía. Pero tú ni siquiera podías mostrarte, suspendida en tus pensamientos, incapaz de mirarme a los ojos. Te gustaba saberte pensada.

Cuantas veces deseé que sacaras una caja y encerraras tu orgullo. Lo di todo por nada: creí, esperé, confié ... o, más exactamente, soñé. El amor le empuja a uno a hacer cosas así, y aun peores.

Tú quizá diras que las cosas no fueron así, claro. La realidad se compone de diferentes capas; la cuestión es cual coges tú y cual tomo yo.

 

Pero se acabó, se nos acabó el tiempo. He dejado de soñarte. Y ni siquiera puedo decir que al menos hicimos el viaje, que compartimos un tramo del camino. Porque las cosas que se piensan son como los caminos por donde se pasa: si no has estado, no has estado.

Todo en lo que creo, todo lo que he conocido se desvanece lentamente ante mis ojos. Me fui en busca de respuestas, y estoy cayendo... muero a los ojos de mis amigos.  Me agarro como un idiota a la poesía de las posibilidades, y caigo una y otra vez derrotado por la tiranía de las probabilidades. Hasta el tamaño de mis sueños resulta insignificante.

No hay alivio en la amargura... debería dejarla morir.

domingo, 10 de julio de 2011

Llegaron a Locura

Durante toda mi vida he recorrido muchos caminos, y nunca he temido dar un sólo paso por ellos. Me gustaba iniciarlos, explorarlos y, si me era posible, llegar al final. Aunque lo bonito siempre será el trayecto, el viaje en sí.

Sin embargo, hay un camino que he pisado varias veces y que me impone cierto respeto. De alguna u otra forma, he acabado cayendo en él. Y también, de alguna u otra forma, he terminado saliendo de él. No es que me importe el destino, a priori. Es el recorrido lo que me asusta de algún modo.

Quizá no haya nada malo en estar allí. Pero darse cuenta de que uno va cayendo, de que avanza inexorablemente hacia un destino que desconoce; porque, ¿acaso hay alguien que la conozca, que la haya vivido y haya regresado? Y todo el mundo sabe del miedo a lo desconocido.




¿Por qué tienes mideo? Ya has estado allí, y sabes cómo volver.

¿Realmente he estado allí? ¿He vuelto, o simplemente, nunca he llegado y sigo perdido en el camino? En esa delgada línea roja...

Déjate llevar, no lo pienses. Si dudas, será peor.

¡Déjame en paz! ¡Cállate! ¡Sal de mi!

¿Que te deje en paz? ¿Que salga de ti? ¿Te has parado ha pensar que quizá seas tú el que tenga que salir de mí?

Quizá la locura personal sea una especie de cura, una bendición; una forma de evadirse de la locura general, colectiva, que aqueja al mundo hoy día. Pero eso vosotros dos no lo sabéis; o no sois conscientes de ello.

lunes, 6 de junio de 2011

El poeta

El escritor es solitario,
solitario y a veces amargo,
amargo, preso en su desgracia,
desgracia que la vida le ha dado.

Es por eso que sus versos
nos llenan de emoción,
pues escribe cosas reales,
reales de nuestra generación.

Después, a lo largo del tiempo
se vuelven a repetir, y
es por eso que nunca
se dejan de sentir así.





Hoy me siento poeta
y quisiera relatar
algunos versos que a veces
dejo sin anotar.

Pero es pobre mi poesía
y no podré recordar,
nada de lo que en silencio
recito siempre sin más.

María Rubira Martínez



lunes, 16 de mayo de 2011

Musas

Necesito una noche a solas con mis musas. Una de esas noches en las que no puedes dormir aunque quieras; simplemente no te dejan. Cuando apagas la luz y te vuelves en la cama, te asalta una idea y tienes que levantarte y anotarla en tu cuaderno, o en un papel suelto. No puedes evitarlo, necesitas hacerlo si no quieres volverte loco.

No ha habido muchas, o no las he sabido aprovechar. Pero las he conocido, y por eso las echo de menos... a veces. Porque no puedes "necesitar" algo que no conoces... ¿o sí? Ya empiezo a divagar otra vez.



Puede que esa idea que te asalta sea el comienzo de algo, o no. Pero si no te levantas y escribes, a la mañana siguiente sentirás la impotencia de intentar recordarlo y no conseguirlo. Ya te ha pasado otras veces.





martes, 3 de mayo de 2011

Haikus

Una nocturna,
interminable lluvia;
viejo insomnio.


Escrita está
en papeles sueltos
su propia vida.


Ya en la ocuridad
sueña y se imagina:
crea historias.


J.Rubira

miércoles, 13 de abril de 2011

Yo voy soñando caminos

Recupero un proyecto que realicé hace algo más de un año. Se trataba de contar una historia usando fotografías. Yo escogí este poema de Machado e intenté narrarlo con una serie de fotografías. No sé si lo conseguí o no. En cualquier caso, aquí os dejo el poema y las dos "versiones fotográficas" que hice.

Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!…
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero…
-la tarde cayendo está-.
“En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
“ya no siento el corazón”.

Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.

La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.

Mi cantar vuelve a plañir:
“Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada”.

Antonio Machado 

Azar?

Hace una semana, me desperté con esta canción en mi cabeza. No sé la razón; no la había escuchado recientemente. El caso es que estuve todo el día recuperando temas del grupo, de los discos que hay en Spotify. Al día siguiente, me llegó un correo diciendo que había ganado unas entradas para el concierto de Luar na lubre. Hoy he decidido recurrir a mi archivo de música del disco duro externo para buscar la canción, que no está en Spotify.



Da que pensar. Así son las cosas del azar... ¿no?

lunes, 14 de marzo de 2011

Elegía para un velefiqueño

La última vez que te ví nos peleamos. No recuerdo el motivo ni las palabras exactas; sólo se que me regañaste, seguramente con motivo. Y este es el único mal recuerdo que tengo de nuestra relación. Seguramente hubo varios momentos más, pero se han borrado de mi memoria.

Sin embargo, no acabamos peleados. Hubo una reconciliación telefónica antes de separarnos. Recuerdo que M. hablaba contigo y yo rondaba por allí temeroso y algo asustado. Pensaba: "Seguramente le está contando lo que hice y ahora me echará la bronca". Entonces ella me dijo algo así como "ven, ponte, que quiere hablar contigo". Yo no quería ponerme al teléfono y acerté a preguntar ¿por qué?. "Ponte, que te quiere decir una cosa." Estuve reacio poco tiempo más y finalmente me armé de valor y me puse al aparato entonando un débil hola. "¡Hola amigo! ¿Cuándo vas a venir para que nos peleemos otra vez?", dijiste en tono amable. Yo sonreí. No recuerdo nada más de la corta conversación que siguió, pero estas palabras no las olvidaré jamás. Al terminar ella me preguntó qué me habías dicho y yo escurrí el bulto con alguna mentira. En ese momento comprendí que no te habías chivado de nuestro incidente. Y este fué el último momento que viví contigo. Poco después desapareciste.
 

Es muy posible que este último recuerdo haya condicionado los posteriores. Quizá te haya idealizado,  aunque no sólo por esto, por supuesto. El caso es que si miro hacia atrás, me parece que los momentos más felices de aquella época son los que viví contigo.


Tus visitas inesperadas, improvisadas. Cada vez que veía el autobús pararse delante del bar sabía que esa noche tocaba escuchar un cuento; las historias, siempre las historias. Y cómo vivías los relatos que contabas. Todavía hoy recuerdo vagamente algunos retazos de "Juan sin miedo", que luego encontré en una antología en una versión distinta. Claro, tú hacías una versión libre, mucho mejor. O aquella adivinanza que decía: "cuarenta haces de perros, veinte perros cada haz, veinte uñas cada perro..."; mi primer problema matemático.
También me enseñaste a leer y a contar antes de empezar el cole. Y, lo más importante; no sólo me mostraste el mundo de las historias a través de la tradición oral, sino que además me enseñaste a amar los libros.

Aún recuerdo aquel verano en que dejé de gastarme el dinero que me dabas para sobres de muñequitos y empecé a comprarme mis primeras novelas; los pequeños libros de bolsillo de la Editorial Bruguerra, a 80 o 90 pesetas. Te debo todo lo que soy ahora. Sin la literatura no sería nadie, no sería nada; aunque quizá no lo sea.

Me acuerdo de cómo sembraste la semilla en mi cabeza. Estábamos en la planta sótano de Simago mirando libros. A. y yo hojeábamos cuentos y tebeos y tú dijiste algo así como: "Ya tenéis que ir dejando los cuentos y empezar a leer libros de verdad, como éste". Yo me acerqué y mi comentario fue "pero ¡si no tiene dibujos!". Discutimos brevemente sobre la cuestión, y finalmente concediste que podrían contener alguna ilustración. En aquel momento no me dí cuenta, pero ese fue el comienzo de todo. Es fácil verlo ahora; todo es más fácil a posteriori.


Recuerdo también como imitaba tus gestos: la manera de coger dos trocitos de pan cuando comías o la manía de llevar gorra incluso dentro de casa (lo que me costó varias burlas de P.) Al final, se convirtió en algo instintivo; simplemente me olvidaba quitármela incluso para comer. ¿Sería porque te admiraba?

jueves, 10 de febrero de 2011

Microrrelatos

Sigo atascado con mi última historia; detalles de tipo técnico. Mientras tanto, he participado en un concurso de microrrelatos. Aquí tenéis los míos:

Payaso triste
Hace tiempo encontréun payaso. Entre bambalinas, desmaquillándose después de la función, en sus ojos se adivinaba una profunda tristeza. Miré al espejo, y descubrí que era yo.

Musas
Hace tiempo encontréuna inspiración. Una historia de piratas del s. XVII, contada por un pobre escritor del s. XIX, soñado por un joven aspirante del s. XXI.

Insomnio
Hace tiempo encontréel sueño, y lo desprecié. Desde entonces, no he parado de buscarlo cada noche. No he perdido la esperanza de volver a reunirme con él, y pedirle perdón. 

Suerte
Hace tiempo encontrémi buena estrella. Con el tiempo, pensé que la había perdido o me la habían robado. Pero no; simplemente la he gastado... la he desperdiciado 

Amigos
Hace tiempo encontréla amistad. He procurado mantenerla, cuidarla; y lo he hecho lo mejor que he podido, lo mejor que he sabido. Aún cuando necesito mi soledad, espero no perderla

Si os gustan, podeís votarlos aquí:

  


Hay que registrarse antes.

sábado, 29 de enero de 2011

Azar

Viernes, seis de la tarde. Estando en casa recibo una llamada de G. Acaba de terminar una clase práctica de autoescuela y está por el centro.¿Me apetece una cerveza? Quedamos en P. Cuando llego, está decidiendo entres dos libros; elige uno de Orwell. La opción para las cervezas es el 5. Mientras degustamos la primera jarra, hablamos de literatura, proyectos a corto plazo, ¿cómo está J.?, ... de todo un poco. Al cabo llega P. y el tema la conversación cambia totalmente.

Y ahora llega el momento determinante de toda esta historia. Ayer por la mañana recibí un nuevo pedido de tarjetas; la novedad es un calendario en la parte de atrás. La entrega estaba prevista para dentro de una semana, pero se ha adelantado. Antes de salir, me he echado al bolsillo un tarjetero con un puñado de tarjetas, y en ese momento reparto una a cada uno: una para G., una para P. y otra para M.


Después de tomar un tercio, G. se marcha. Yo me quedo un rato más con P. Cuando vuelvo a casa mi mente ya va por otros caminos.

Sábado, seis y veinte de la tarde. Recibo este correo:

"Ola!!nose si el libro que me encontrado oy en el bus de Almeria a Maria es tuyo! (Utilizaba tu tarjeta "clases de matematicas" de marca páginas).
De todas formas el dueño del libro creo ke se bajo en la parada de Turre!!
En fin, si sabes quien puede ser o si eres tu y quieres recuperarlo, escribeme un mail.!!
P.D. Mientras creo que empezaré a leerlo..Salu2!!!".

Conclusión: el azar gobierna nuestras vidas de un modo misterioso.

jueves, 6 de enero de 2011

Culpa

Luego llegaron las burlas, las humillaciones, las comparaciones, que fueron minando su confianza hasta hacer de él un completo inútil, incapaz de hacer algo por sí mismo.

No todo fue un valle de lágrimas, claro que no. Por supuesto que hubo momentos de felicidad; pero se fueron reduciendo hasta prácticamente desaparecer.Y digo prácticamente, porque nunca llegaron a desaparecer del todo; simplemente tuvo que salir a buscarlos fuera. Y los encontró en sus amigos. A ellos debe la vida, su segunda vida.

Durante un tiempo logró cierta independencia y cortó radicalmente con su familia, llegando a producirse situaciones extremas. Aunque nunca llegó a desconectar del todo, sí que hubo períodos de tiempo donde el contacto desapareció casi por completo. Aun así, siempre volvía con una segunda oportunidad; y siempre acababa decepcionado, recibiendo un palo más que se sumaba al anterior.

Cualquier otra persona hubiese acabado odiándolo, pero él no; en el fondo, lo que sentía por su padre era lástima, pena... se compadecía de él. Poco a poco había conseguido quedarse sólo en su familia. Y llegaría el día en que se quedaria sólo literalmente. Eso no podría soportarlo, no sería capaz de superarlo, a persar de sus bravuconadas.

Todo eso lo sabía el muchacho, y por eso siempre volvía; con la esperanza de que él cambiase. Aunque en el fondo sabía que la gente no cambia nunca, quería creer en que el cambio es posible. Y también por eso, cada vez que había una ruptura, se sentía culpable. Pensaba que quizá no se esforzaba lo suficiente, que no hacía todo lo posible. Quizá pudiese dar más de si mismo.
Aunque también era consciente de que ya lo había dado todo por nada... toda la vida.

Vergüenza

El muchacho está en medio de la habitación. Apenas tendrá 5 o 6 años, y todo el mundo forma un círculo alrededor de él. Están en casa de los abuelos paternos del muchacho, en el pueblo de la familia. No para de hacer "jerigonzas", como diría su abuelo materno; salta, hace ruidos y muecas...en definitiva, hace el payaso. Todo el mundo le ríe las gracias y él es feliz; se siente importante, es el centro de atención de la reunión. Al menos, él lo cree así, y así lo recuerda; como un momento de felicidad absoluta. Para un chico de su edad no se necesita mucho para llegar a este punto.

Sin embargo, hay alguien que no comparte esta opinión. No lo demuestra en ese momento, pero más adelante se lo hará saber. Ya lo creo que se lo hará saber; de la forma más cruel para una mente tan moldeable como la suya. Ya en el coche, de vuelta a casa, le hace ver que lo que ha hecho no ha estado bien; de hecho, ha estado muy mal, pues los ha avergonzado. Y no debe volver a hacerlo nunca más. En un débil intento por defenderse, reclama que la gente se reía y lo pasaba bien. Pobre iluso. La gente se reía, sí; pero de él. Por que lo que hacía eran tonterías y se burlaban en sus propias narices.


Desde ese momento recordará aquellas risas "malévolas" de su familia mofándose de él y señalándolo toda su vida. La imagen que tenía en mente se transformará cobrando un tono sombrío. Este hecho, pueril en apariencia, tendrá un tremendo impacto en su vida. El muchacho se encerrará en sí mismo, tornándose inseguro y tímido; se volverá desconfiado. Y lo que es peor aún, tardará veinte años en salir de ese "agujero" donde lo han encerrado. Si es que lo logra, pues es posible que nunca llegue a escapar del todo.

Todo esto no es tan simple; de hecho, es mucho más complicado. De ser un chico jovial, alegre y abierto pasará a ser todo lo contrario. Esta transformación no ocurrirá de la noche a la mañana, sino que tendrá lugar durante un proceso de cambio gradual, lento pero constante.

Pero el origen de todo estuvo en aquel momento de aquel día. Y tanto en el origen como en el proceso posterior, el catalizador que hizo que se obrara el cambio fue su padre.

Duda

El me quería (y me quiere), eso lo sé. Pero no de la forma que yo necesitaba entonces. Tampoco estoy segura de que deseara que me quisiese de esa manera, pero a menudo imaginaba que era así. En aquella época lo pasaba mal, y quizá me agarraba a una ilusión. No sé si podría haber sucedido algo; y, de ser así, como habría acabado todo... si es que hubiese acabado.

El caso es que hubo un momento en el que estuvo a punto de suceder. Aquella noche estábamos los dos muy bebidos, bailando en un pub. De repente me acerqué a él y lo besé. Primero en el cuello, luego bajo la oreja, en la mejilla y, cuando iba a besarle en la boca, él apartó la cara. Acto seguido, sin tiempo para pensar, una amiga me cogió, me sacó del pub y me llevó a casa.


No hemos mencionado aquello nunca; ni siquiera estoy segura de que se diese cuenta de lo que pasaba. El caso es que hasta ahora seguimos siendo buenos amigos.

Pero... ¿que hubiese pasado si...?

domingo, 2 de enero de 2011

Magia

Llevas toda la noche esperándola; una llamada, un sms, a ella. Decides salir y tomar un poco de aire fresco. Y en la puerta del pub la ves. Está sola. Preciosa, piensas. Aún más guapa de lo que te ha parecido dentro. Rápidamente te lanzas para evitar pensar y acabar haciendo nada.
Feliz año nuevo, dices mientras te acercas y, disimuladamente sacas un chupa-chups del bolsillo para meterlo en una manga.
Feliz año nuevo, responde ella volviendo la cabeza para mirarte.
Unos ojos tan bonitos se merecen un regalo especial. Y levantando rápidamente el brazo haciendo que el  chupa-chups aparezca en tu mano, añades: Pero ahora mismo sólo tengo esto a mano.
Gracias, responde ella bajando la cabeza tímidamente. Te vuelve a mirar y dice: Me gusta tu sombrero.
¿Este?, contestas sorprendido, señalándote la cabeza. Sí, es un sombrero muy especial. Es primo hermano del Sombrero Seleccionador de Hogwarts. Sólo que, en lugar de decirte a que casa ir, te dice que chico debes besar. Esta noche estás sembrado.
Ella sonríe. Te estás enamorando de esa sonrisa. 
¿Quieres probar? Toma, póntelo. Le colocas el sombrero sobre la cabeza. Ella accede entre sorprendida y divertida. 
Y ahora me dirá que debo besarte a tí, ¿no?
Tu respondes: Que sea mi sombrero no significa que diga mi nombre.  La magia y mis deseos van cada uno por su lado, añades con una sonrisa amarga. Simplemente cierra los ojos y escucha. A ver que pasa.


Te mira directamente a los ojos y finalmente cierra los suyos sonriendo. Dios, esa sonrisa. Tras unos pocos segundos, los abre y dice: Debo besar a S. ¿Eres S.?, pregunta sonriendo. No eres capaz de imaginar como ha adivinado tu nombre, pero no te importa. Sonríes y, sin pensarlo dos veces, la besas. Es un beso largo, tierno, dulce. Cuando os separáis tienes la sensación de que ha sido el primer beso sincero que te han dado en toda tu vida. Se lo dices.
¿Cómo te llamas?
E.
Os miráis a los ojos sonriendo. En ese momento sus amigas salen y ella tiene que irse. Le pides su teléfono para quedar otro día, lamentándote de que todo haya sido tan breve.
Lo bueno, si breve, dos veces bueno, dice ella con esa sonrisa que te ha atrapado para siempre.
Sonríes y replicas: para todo refrán existe un contrarrefrán. Lo buscaré para la próxima vez que nos veamos.
Os dais otro beso para despediros, mientras sus amigas se ríen y cuchichean. Te devuelve el sombrero y se despide. Mientras se aleja, vuelve la cabeza. 
Lo bueno se hace esperar, te dice guiñándote un ojo.
Esperaré, dices sonriendo.
Yo también esperaré. Lo bueno no somos tú o yo. Lo bueno somos los dos.