domingo, 30 de octubre de 2011

¿Por qué?

¿Por qué me empeño en seguir con esto? No tiene ningún sentido. No voy a llegar a ningún lado.

Pero, ¿acaso eso importa? ¿La meta? ¿No será quizá el camino en sí, el mero hecho de intentarlo? Una y otra vez, a pesar de los fracasos, los reveses. Levantarse y seguir adelante, sin rendirse.

Porque, aunque todo esto no tenga ningún sentido para nadie, incluso para mí, ¿acaso ha de tenerlo? Ni siquira la vida lo tiene. ¿Quién sabe? Alguien, más adelante, podría dárselo.

Y si no, ¿qué más da? No necesito justificarme. Tan sólo necesito hacerlo; porque si no lo hago es mucho peor.

Así que lo seguiré intentando. Pues el empeño elimina el fracaso.

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