"Tengo demasiado insomnio, no son los ruidos los que me impiden dormir, es otra cosa, ¿qué es?"
Por aquel entonces ya no dormía bien y todas mis noches eran largas. Unos decían que estaba enamorado; otros pensaban que era la presión del trabajo; otros no pensaban ni decían nada, ni siquiera les importaba. Lo único cierto es que la literatura y la música no eran suficiente esta vez. En otras ocasiones bastaba con tomar un buen libro o un buen disco (o sintonizar un buen programa de radio, que a esas horas los hay) y el tiempo hacía el resto. Un rato de lectura, un poco de jazz, y los párpados empezaban a pesar.
Pero en aquella época la única manera de olvidarme de todo, de todos, y poder dormir a pierna suelta era el alcohol. Era algo efímero, pero merecía la pena por un 'momento' de tranquilidad absoluta.
¿Merecía la pena? ¿Mereció la pena?
Cada persona es un mundo aparte
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