martes, 25 de agosto de 2015

Gilipolleo

Dicen que el amor mueve el mundo. El amor al dinero, afirman otros. Puede que eso fuera cierto hace tiempo. Pero la realidad hoy día es otra. Lo que realmente mueve el mundo son las apariencias. El postureo lo llaman. Yo lo llamo simplemente gilipollez.

Nadie mueve un dedo si no es para postearlo, tuitearlo, instagramearlo,... Acompañado del sempiterno selfie, por supuesto. No basta con estar en París a los pies de la torre Eiffel, tiene que aparecer tu cara en primer plano para que puedas "disfrutarlo"... y de paso, dar envidia.

Y tampoco se da un paso sin haber pensado dónde vas a poner el pie a continuación. Estrategia pura y dura. Por que y a no se hacen las cosas de corazón, con sentimiento. Las personas se 'aficionan' a algo, o van a ciertos lugares, simplemente con el objetivo de hacerse la foto, compartirla, y seguir como si nada (y con otros objetivos secundarios, pero de eso hablaré en otro día).

No se disfruta el momento. Apenas queda algo de "verdad". Sólamente cuenta aparentar, exhibirse. Y esto es el principio del fin. Un aviso del derrumbe de nuestra sociedad.

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