Tengo tantas cosas que
decirte... Siéntate, deja que te mire…
Llamaste mi atención, y
desde entonces no me quiero perderme nada tuyo. Trato de mantener mis ojos en ti cada vez que entras en la sala; me pones alerta, nervioso. En cada línea que leo, en cada
verso, estás pegada a mí. Y sigo mirando, esperando, anticipando cualquier movimiento.
Porque estás en mi
cabeza. Aquellos que no pueden sentir ni ver lo que yo… esos piensan que estoy
loco. Y es posible que lo
esté. Porque vivo en mi mundo, mi propio mundo.
Lo único cierto es que tú has robado mi corazón, y eso duele de verdad.
Has robado mi alma, y ese es un dolor que no puedo soportar.
Imaginándote conmigo…
esos serán los mejores recuerdos.
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