martes, 11 de junio de 2013

Vertedero

Llegan y descargan. Dejan toda su basura, los escombros de sus vidas. Cedes tu hombro, tu tiempo... Escuchas. Y, sin embargo...

Ignorado, no te tienen en cuenta. ¿Que eres callado, dicen? Si nadie te escucha, ¿para qué vas a hablar?
Te sientes utilizado, hasta que un día estallas: "Se acabó el C. de usar y tirar. Ahora seré yo el que use y tire. Porque puedo ser tan hijoputa como el que más".

Y entonces te llaman radical. Tú, que siempre das tu brazo a torcer; que te has tragado tantas veces tu orgullo que sientes que ya no te queda. Y luego se te pasa el cabreo... como siempre. Vuelta a empezar.

Si ya lo decía tu madre: "J., de bueno que eres pareces tonto."

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