viernes, 11 de mayo de 2012

¿Fin?


No existen los finales felices. Ni tampoco los tristes. Pero eso es porque no existen finales, ni principios. Si acaso, el único final es la muerte*. Y su suerte es relativa.

Por tanto, no tiene sentido acotar una vida con un final. Hay una constante renovación. Cada momento que parece un final es simplemente un nuevo comienzo: el de una etapa más en el camino.

*Y eso para cada historia particular; una simple reseña en el gran libro de la Historia. Y también, si acaso, sólo existe un principio; llamémosle Big Bang.

Almería-Sevillla Santa Justa (01-11-11)

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