Te encuentras sentado frente al papel en blanco, pensando qué vas a escribir. No se te ocurre ninguna idea; ni siquiera tienes decidido qué tema vas a tratar. Y, de repente, como siempre, surge la chispa y te pones a escribir como un poseso. Las palabras fluyen a borbotones en tu cabeza, hasta acabar en este.
No hay comentarios:
Publicar un comentario